Cartagena es una ciudad con más de 2.500 años de existencia que ofrece al viajero, en cada uno de sus rincones y en cada una de sus calles y plazas, testimonios monumentales de su esplendoroso pasado histórico, siendo su máximo exponente el Teatro Romano, construido en tiempos del emperador Augusto y actualmente restaurado, diferenciando claramente lo que son materiales originales de los que son nuevos.

                                                             

Por otra parte, Cartagena Puerto de Culturas abre un amplio abanico de posibilidades que permiten al visitante disfrutar del patrimonio y riqueza cultural de la ciudad: conocer sus orígenes a través de los restos de la Muralla Púnica, huella de la fundación de la urbe por el cartaginés Asdrúbal en el año 227 a.C., y donde un Centro de Interpretación explicará a los visitantes esa parte fundamental de la historia y la arqueología locales.

Una riqueza en la que Cartagena Puerto de Culturas desarrolla la unificación temática para que sea más accesible al viajero. Al pasear descubrimos también que la ciudad presenta una huella militar que nos remonta a época medieval, cuando se construyó el Castillo de la Concepción, lugar en el que, dada su privilegiada situación, un Centro de Interpretación ofrece un explicación de la ciudad y su historia.

Cartagena Puerto de Culturas trabaja para aumentar el potencial turístico de la ciudad, facilitando la accesibilidad y posibilitando a personas con movilidad reducida el pleno disfrute de los recursos turísticos, como el ascensor panorámico que une el Puerto con el Castillo de la Concepción, mejorando la señalización de la ciudad, dotando de transporte turístico terrestre y marítimo y en definitiva, con la puesta en valor de la completa oferta de la ciudad.

Tal riqueza histórica está presente en las celebraciones festivas locales, que tienen en la Semana Santa y Carthagineses y Romanos sus máximos exponentes. El orden marcial de los penitentes, la profusa decoración floral de los tronos y la riqueza de vestuarios y bordados caracterizan hoy, junto a la eterna rivalidad entre californios y marrajos, las procesiones de Cartagena. Por su parte, el mes de septiembre es la fecha en la que miles de cartageneros se atavían con vestimentas de romanos o de carthagineses para rememorar con orgullo los acontecimientos que se vivieron en su ciudad en el transcurso de la II Guerra Púnica.

La oferta festiva de la ciudad se complementa con La Mar de Músicas, un festival de músicas del mundo que se celebra en el mes de julio y que, pese a su corta vida, ha alcanzado el unánime reconocimiento nacional e internacional.

Además Cartagena ofrece una gran variedad de museos entre los que destacamos el museo del Teatro Romano, el museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA), el museo Arqueológico Municipal , el museo de Arte Moderno (MURAM),etc, que hacen de esta ciudad un destino cultural de primer orden.

El viajero podrá degustar la gastronomía propia de una ciudad marinera, pero al tiempo abierta a su campo. Pescados y salazones, el típico caldero- un guiso de arroz al estilo de los pescadores- junto a las carnes y los productos agrícolas de su feraz campo, todo ello regado con los vinos de la tierra y acompañado de las bebidas tradicionales, como el café asiático, que hacen las delicias de cuantos se acercan a conocer su tradición culinaria.

Cartagena posee un litoral de gran belleza, destacando las playas de Cala Cortina y el Portús, además de las famosas playas de La Manga del Mar Menor y de Cabo de Palos. Pero Cartagena añade a su oferta de la zona litoral la posibilidad de practicar el turismo rural en alguna de sus muchas pedanías interiores. Zonas tranquilas y próximas a espacios naturales de interés medioambiental donde poder practicar actividades en contacto con la naturaleza y con el valor añadido de su proximidad a la costa.